Aún a riesgo de afectar a su negocio, Apple ha decidido cambiar sus normas en relación a las apps infantiles.
Bajo las nuevas normas, las apps infantiles de Apple Store no podrán utilizar software analítico externo, que son líneas invisibles de código empleadas para recoger información muy detallada sobre quién y cómo se usa la app. Apple también restringirá la habilidad de vender publicidad en estas apps, lo cual hasta el momento es lo que ha sostenido el modelo de negocio de aquellas apps que son gratuitas. Estos cambios se han introducido a raíz de que muchos niños estaban recibiendo anuncios inapropiados, según Apple.
Las novedades forman parte de un movimiento para mejorar la protección de la privacidad de los usuarios, lo cual ha sido elogiado por muchos abogados. Se teme sin embargo que estas medidas, lejos de proteger a los niños, los expongan en mayor medida al uso de apps para adultos.
Algunos desarrolladores web, por su parte, están preocupados de que las nuevas normas limiten la posibilidad de introducir anuncios en las apps, lo cual conduciría a la necesidad de abandonar el modelo de negocio que permite actualmente que éstas se ofrezcan sin coste. Apple alega que con este giro está respondiendo a las preocupaciones de muchos padres. Phil Schiller, Vicepresidente de Apple de marketing a nivel mundial, explicó que algunos padres estaban quejándose de la publicidad inapropiada que llegaba a sus hijos cuando utilizaban apps de iPhone: “los padres se decepcionan en gran medida cuando esto ocurre, porque ellos confían en nosotros”.
Con las nuevas normas, el software analítico de Apple sí podrá seguir utilizándose, pero, una vez que los datos hayan sido recogidos, Apple no podrá ver qué se hace con ellos como tal, como enviarlos a un servidor donde puedan ser analizados por terceros. De alguna forma, y conforme a profesionales de la industria, parece que Apple podría estar incluso empeorando la situación al relegar el análisis de datos a prácticas ocultas.
La App Store de Apple se encuentra en el punto de mira de una investigación europea antimonopolio, tras la acusación de una app de música sueca que alegó que Apple beneficiaba la música de Apple Music en la Apple Store. Asimismo, el Tribunal Supremo aceptó a trámite un caso que apuntaba a Apple de usar su poder de monopolio para aumentar de manera injustificada los precios de las app.
Las apps infantiles suponen sólo una pequeña parte de los millones de app disponibles en Apple Store, aunque Apple se ha negado a aportar datos sobre cuál es el porcentaje. Tampoco se ha proporcionado información sobre cuántas de dichas apps recogen información personal de los niños y cuáles lo hacen de manera inapropiada.
Muchos abogados se han quejado durante años de estos problemas de Apple que ahora la compañía dice estar intentando resolver. La Ley de 1998 sobre la protección de la privacidad de los menores (COPPA) y el RGPD limitan los datos que las apps infantiles pueden recoger y rastrear.
Según el Cristina Contero Almagro, Socio Gerente de Aphaia,»si bien esto es un paso remarcable en la dirección correcta, está todavía por ver cómo se aplicará en la práctica. La imposición de las nuevas normas muestra una preocupación teórica de Apple, uno de los gigantes de internet, sobre privacidad, si bien la protección de datos va más allá de una serie de reglas escritas. Dado que el software propio de Apple sí se permite, la información personal de los menores se seguirá recogiendo, y estará por tanto expuesta a un mal uso. Y, lo que es peor, si no hay control sobre cómo y a quién los desarrolladores transfieren después esos datos, los interesados no podrán ejercer de forma adecuada sus derechos, lo cual supondrá una inaceptable limitación del RGPD».